La Ley 35/2015, de 22 de septiembre, de reforma del sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación, conocida como Ley del Baremo, tiene como objetivo principal actualizar y mejorar el sistema de valoración de los daños y perjuicios que se derivan de los accidentes de tráfico. Esta ley, que entró en vigor el 1 de enero de 2016, establece un nuevo baremo para la valoración de los daños y perjuicios sufridos por las víctimas de accidentes de tráfico, con el objetivo de garantizar una compensación más justa y equitativa.

Antes de la entrada en vigor de la Ley del Baremo, la valoración de los daños y perjuicios causados por un accidente de tráfico se realizaba de acuerdo a unos criterios establecidos en una tabla elaborada por el Ministerio de Economía y Hacienda. Sin embargo, esta tabla había quedado obsoleta y no reflejaba de manera adecuada la realidad de los accidentes de tráfico y las consecuencias que estos podían tener para las víctimas.

Con la nueva Ley del Baremo se establece un sistema más moderno y actualizado para la valoración de los daños y perjuicios causados por un accidente de tráfico. El nuevo baremo se basa en una escala de puntos que se asignan en función de la gravedad de las lesiones sufridas por la víctima y de los perjuicios que estos hayan ocasionado, como por ejemplo la pérdida de ingresos o la necesidad de asistencia sanitaria o rehabilitación.

El baremo establece una serie de indemnizaciones que se corresponden con los diferentes niveles de gravedad de las lesiones y perjuicios sufridos por las víctimas. Estas indemnizaciones se dividen en dos categorías: las indemnizaciones básicas y las indemnizaciones complementarias. Las indemnizaciones básicas se refieren a los daños físicos y morales causados por el accidente, mientras que las indemnizaciones complementarias se refieren a los daños económicos y los gastos en los que la víctima ha tenido que incurrir.

Entre las novedades más destacadas de la Ley del Baremo se encuentran las siguientes:

• Se establece un nuevo sistema de valoración de las lesiones cerebrales y medulares, que tiene en cuenta la gravedad de la lesión y el impacto que esta tenga en la calidad de vida de la víctima.
• Se reconocen y valoran los perjuicios estéticos y las secuelas psicológicas derivadas de un accidente de tráfico.
• Se establecen indemnizaciones específicas para las víctimas de accidentes de tráfico que sean menores de edad, mujeres embarazadas o personas mayores de 65 años.
• Se reconoce la figura del perjudicado directo, que es la persona que ha sufrido los daños y perjuicios derivados del accidente, y se establecen indemnizaciones específicas para los familiares de las víctimas que hayan fallecido en el accidente.

En definitiva, la Ley del Baremo ha supuesto una importante mejora en el sistema de valoración de los daños y perjuicios causados por los accidentes de tráfico en España. Con esta ley se garantiza una compensación más justa.